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{jcomments on}La fibromialgia es una enfermedad que se caracteriza por dolor crónico generalizado, exacerbándose por los cambios climáticos, ejercicios violentos y tensión emocional, así como otras manifestaciones extrarticulares: cefalea tensional, rasgos depresivos, dificultad para la concentración, sueño no reparador, intestino irritable, sensación de hinchazón y adormecimiento de manos.

     Desde el principio, debido a que no se evidencia daño físico ni alteraciones en las diferentes pruebas complementarias realizadas, ha sido una patología controvertida y por muchos cuestionada. Actuales conceptos fisiopatológicos referentes a su causa, se centran en alteraciones en el procesamiento del dolor a nivel del Sistema Nervioso Central.

     El tratamiento de la fibromialgia se encuentra encaminado a reducir los principales síntomas, incluyendo el dolor generalizado, fatiga, insomnio y disfunción cognitiva y debe en todos los casos seguir el siguiente esquema:

Siempre debe ser MULTIDISCIPLINAR donde intervengan especialistas como el Reumatólogo, rehabilitador, psicólogos y por supuesto el médico de Atención Primarias, siendo los pasos a seguir los siguientes:

A) Educación e información del paciente acerca de su enfermedad, enfoque del tratamiento, higiene del sueño, así como explicar al paciente la importancia de tratar la comorbilidad que puede contribuir a agravar y perpetuar los síntomas, como son trastornos del humor y sobre todo el sueño.

B) Un programa de ejercicios incluyendo acondicionamiento aeróbico, estiramientos y fortalecimiento.

C) Tratamiento farmacológico, en un principio en monoterapia, utilizando fármacos como: paracetamol, tramadol, amitriptilina, fluoxetina, paroxetina, duloxetina, pregabalinas, etc… y más tarde en aquellos casos resistentes comenzar con el tratamiento combinado.