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La menopausia es una etapa de la vida sufren todas las mujeres, y sus efectos no se limitan solo a los sofocos o los cambios en el ciclo menstrual. Los cambios hormonales, especialmente la disminución de los estrógenos, también pueden tener un gran impacto en nuestra salud ósea y articular. Entender cómo se relaciona la menopausia con las articulaciones y los huesos es clave para cuidar nuestra salud en esta etapa.

1. La Osteoporosis: Un Riesgo Silencioso

Con la menopausia, los niveles de estrógenos caen drásticamente, y este cambio hormonal puede afectar directamente la densidad ósea. Los estrógenos ayudan a mantener la masa ósea, por lo que cuando disminuyen, aumenta el riesgo de desarrollar osteoporosis, una enfermedad en la que los huesos se debilitan y se vuelven más frágiles. La osteoporosis es una de las principales causas de fracturas en mujeres posmenopáusicas.

¿Cómo prevenirla?

• Asegúrate de obtener suficiente calcio y vitamina D. Estos nutrientes son esenciales para la salud ósea.
• Realiza ejercicios de carga como caminar, subir escaleras o practicar yoga, que fortalecen los huesos.
• Si tienes riesgo de osteoporosis, consulta con tu reumatólogo para hacerte una densitometría ósea y evaluar si necesitas tratamiento.

Los tratamientos para la osteoporosis, como los bifosfonatos o el denosumab, pueden ayudar a reducir el riesgo de fracturas, pero lo más importante es la prevención con una dieta adecuada y ejercicio.

2. Dolor Articular y Artritis en la Menopausia

Muchas mujeres notan un aumento de los dolores articulares durante la menopausia. Esto puede deberse a una combinación de factores: la disminución de los estrógenos puede afectar la lubricación y el colágeno de las articulaciones, lo que puede hacerlas más propensas a la rigidez y al dolor.

Una de las enfermedades más comunes que aparece en esta etapa es la artrosis, una enfermedad degenerativa en la que el cartílago de las articulaciones se desgasta, causando dolor y rigidez, especialmente en las rodillas, las caderas y las manos.

¿Qué puedes hacer?

• Mantente activa con ejercicios de bajo impacto como nadar o caminar, lo que ayuda a mantener las articulaciones móviles sin dañarlas.
• Controla tu peso, ya que el exceso de peso puede sobrecargar las articulaciones, especialmente en las rodillas.
• Si tienes dolor persistente, consulta a un reumatólogo para que te recomiende tratamientos, que van desde antiinflamatorios hasta terapias más avanzadas, como la viscosuplementación (inyecciones en la articulación) o fisioterapia.

3. Estrógenos y Enfermedades Reumáticas

Los estrógenos no solo afectan los huesos, sino también las enfermedades inflamatorias autoinmunes, como la artritis reumatoide y el lupus. Muchas mujeres que sufren estas enfermedades experimentan cambios en sus síntomas durante la menopausia, y en algunos casos, los síntomas pueden empeorar.

Esto se debe a que los estrógenos tienen un efecto modulador en el sistema inmunológico. Con la disminución de los estrógenos, algunas mujeres pueden notar un aumento en la inflamación de las articulaciones y más rigidez.

Tratamiento recomendado:

• Es posible que tu médico ajuste tu tratamiento para controlar mejor los brotes inflamatorios durante la menopausia.
• En algunos casos, las mujeres con enfermedades reumáticas podrían beneficiarse de la terapia hormonal sustitutiva (THS), aunque debe utilizarse con precaución y bajo supervisión médica, debido a sus posibles riesgos.

4. Fatiga Crónica y Fibromialgia

Otra condición que puede empeorar durante la menopausia es la fibromialgia, un trastorno que causa dolor crónico en todo el cuerpo, fatiga y problemas para dormir. Durante la menopausia, los cambios hormonales, sumados a la falta de sueño, pueden intensificar estos síntomas, lo que afecta la calidad de vida.

Consejos prácticos:

• Desarrolla una rutina de sueño que te ayude a descansar mejor por la noche. Mantén horarios regulares y evita la cafeína en la tarde.
• Consulta a tu médico sobre medicamentos o tratamientos no farmacológicos que te ayuden a aliviar el dolor y mejorar el descanso.
• Las terapias como el ejercicio moderado, la terapia cognitivo-conductual y la relajación pueden ayudar a manejar los síntomas de la fibromialgia.

5. Terapia Hormonal Sustitutiva: ¿Es Adecuada para Ti?

La terapia hormonal sustitutiva (THS), que reemplaza los estrógenos que el cuerpo ya no produce, puede ser una opción para aliviar muchos de los síntomas de la menopausia, incluyendo los sofocos, la sequedad vaginal y el dolor articular.

Sin embargo, la THS no es adecuada para todas las mujeres, especialmente aquellas con riesgo de enfermedades autoinmunes o cardiovasculares. Es importante hablar con tu médico sobre los riesgos y beneficios, y si decides utilizarla, hacerlo bajo estrecha supervisión.

6. El Ejercicio y la Nutrición: Tus Mejores Aliados

El ejercicio es clave para mantener la salud articular y ósea durante la menopausia. Actividades como el yoga, la natación o simplemente caminar pueden fortalecer los músculos que rodean las articulaciones y ayudar a mantener la flexibilidad.

Además, una dieta rica en frutas, verduras y ácidos grasos omega-3 (como los del pescado) puede tener un efecto antiinflamatorio, ayudando a reducir el dolor articular. Mantén una ingesta adecuada de proteínas para prevenir la pérdida muscular, lo que es crucial para proteger las articulaciones.

7. Suplementos: ¿Ayudan Realmente?

Muchos suplementos como la glucosamina, la condroitina o la cúrcuma han sido promocionados para aliviar el dolor articular. Aunque algunas personas informan de beneficios, los estudios no siempre han demostrado resultados consistentes.

Antes de tomar cualquier suplemento, es importante hablar con tu médico para asegurarte de que no interfieran con otros medicamentos o condiciones de salud.

Conclusión

La menopausia trae consigo muchos cambios en la salud de los huesos y articulaciones. Entender cómo estos cambios hormonales afectan a tu cuerpo puede ayudarte a tomar decisiones informadas y prevenir problemas a largo plazo. Mantener un estilo de vida activo, cuidar tu dieta y estar al tanto de las opciones de tratamiento disponibles son claves para mantener una buena calidad de vida durante y después de la menopausia. Y recuerda, si sientes dolor persistente o síntomas nuevos, no dudes en consultar a un reumatólogo para un diagnóstico adecuado y tratamiento personalizado.