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Dr. Manuel Romero Jurado

Dr. Manuel Romero Jurado

2 septiembre 2024

¿Qué es la artrosis y por qué se produce?

La artrosis, también conocida como osteoartritis, es la forma más común de artritis, una enfermedad crónica que afecta las articulaciones, causando dolor, rigidez y limitación en el movimiento. Se caracteriza principalmente por la degeneración del cartílago articular, una estructura flexible que recubre las superficies óseas dentro de las articulaciones, facilitando el movimiento suave y evitando la fricción entre los huesos.

¿Cómo se desarrolla la artrosis?

El desarrollo de la artrosis es un proceso complejo que involucra múltiples factores biológicos, mecánicos y genéticos. La enfermedad puede comenzar de manera insidiosa, con un desgaste gradual del cartílago que inicialmente puede pasar desapercibido. A medida que el cartílago se degrada, las superficies óseas subyacentes comienzan a rozarse entre sí, lo que provoca dolor y puede dar lugar a la formación de espolones óseos (osteofitos) y otras alteraciones articulares.

Factores clave en la aparición de la artrosis

  1. Edad: El riesgo de desarrollar artrosis aumenta con la edad. Con el tiempo, las articulaciones sufren un desgaste natural, y el cuerpo pierde parte de su capacidad para reparar el cartílago dañado.
  2. Genética: Existe una predisposición genética a desarrollar artrosis, especialmente en las manos y en la articulación de la rodilla. Esto sugiere que ciertos factores hereditarios pueden influir en la estructura y la resistencia del cartílago.
  3. Sexo: Las mujeres, especialmente después de la menopausia, tienen un mayor riesgo de desarrollar artrosis en comparación con los hombres. Esto podría estar relacionado con cambios hormonales que afectan la salud del cartílago y los huesos.
  4. Lesiones articulares: Traumas o lesiones previas en una articulación pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis. Las fracturas, desgarros de ligamentos o meniscos, y otras lesiones pueden dañar el cartílago y alterar la mecánica de la articulación, contribuyendo al desgaste acelerado.
  5. Obesidad: El exceso de peso es un factor de riesgo significativo, especialmente para la artrosis de rodilla. La obesidad aumenta la carga mecánica sobre las articulaciones, acelerando el deterioro del cartílago.
  6. Uso excesivo y movimientos repetitivos: Las ocupaciones o actividades que implican un uso repetitivo de una articulación específica pueden desgastar el cartílago más rápidamente. Por ejemplo, los atletas o los trabajadores que realizan tareas físicas intensas pueden estar en mayor riesgo.
  7. Anomalías articulares congénitas: Las personas que nacen con articulaciones malformadas o alineadas de manera incorrecta pueden ser más propensas a desarrollar artrosis debido a la distribución desigual de las cargas mecánicas en la articulación.

Síntomas y diagnóstico

La artrosis se manifiesta principalmente con dolor en la articulación afectada, que puede empeorar con la actividad física y mejorar con el reposo. La rigidez articular, especialmente después de periodos de inactividad, es otro síntoma común. En etapas avanzadas, puede haber una pérdida significativa de la función articular y una deformidad visible en la articulación afectada.

El diagnóstico se basa en la combinación de la historia clínica del paciente, un examen físico detallado y pruebas de imagen, como radiografías, que pueden revelar el estrechamiento del espacio articular, la presencia de osteofitos y otros cambios estructurales característicos.

Tratamiento y manejo

Aunque la artrosis no tiene cura, su manejo se centra en aliviar el dolor, mejorar la función articular y, en la medida de lo posible, ralentizar la progresión de la enfermedad. Las estrategias de tratamiento incluyen:

  • Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios no esteroides (AINEs), y en algunos casos, corticosteroides o suplementos de glucosamina y condroitina.
  • Terapia física: Ejercicios para fortalecer los músculos que rodean la articulación, mejorar la flexibilidad y reducir la carga sobre la articulación afectada.
  • Modificación de actividades: Adaptar las actividades diarias para evitar el estrés excesivo en las articulaciones.
  • Pérdida de peso: Reducir el peso corporal puede disminuir significativamente el dolor y la progresión de la artrosis en las articulaciones portadoras de peso.
  • Intervenciones quirúrgicas: En casos graves, se pueden considerar procedimientos como la artroscopia, la osteotomía o incluso la sustitución total de la articulación.

Conclusión

La artrosis es una enfermedad degenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien el envejecimiento es el principal factor de riesgo, la artrosis es el resultado de una combinación de factores genéticos, biomecánicos y ambientales. A través de un diagnóstico temprano y un manejo integral, es posible mejorar la calidad de vida de los pacientes y minimizar el impacto de esta enfermedad en sus actividades diarias. Como reumatólogos, nuestro objetivo es ofrecer un enfoque personalizado que aborde no solo los síntomas, sino también los factores de riesgo subyacentes, para brindar a nuestros pacientes el mejor cuidado posible.

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